miércoles, marzo 14, 2012

INTOCABLE (INTOUCHABLES)


 
*** y 1/2

Esta película francesa llega con la vitola, atención, de ser el filme francés mas taquillero de todos los tiempos, además de haber cosechado un buen puñado de premios Cesar. Y la verdad es que sin ser una maravilla, Intouchables es una comedia melodramática agradable, divertida, cercana y fácil de ver que, con un tono optimista pero amargo a la vez que afortunadamente le impide caer en el buenrrollismo y lo ñoño (aunque en ocasiones parece que lo va a hacer de un momento a otro) y un  humor realista aunque con concesiones a lo trillado  a la postre resulta el típico filme que pude gustar a los públicos más dispares. Tal vez con demasiada estética y factura hollywoodiense, la película no obstante conserva su genuino sello francés ya que el buen hacer cinematográfico galo tiene los suficientes recursos para tratar de esquivar con habilidad cualquier tentación de traicionar los principios de buen gusto de su veterana industria del celuloide.

Basada en una historia real, sus dos jóvenes directores Oliver Nakache y Éric Toledano han conseguido fusionar de manera más o menos convincente el cine social y la comedia costumbrista  en donde, todo hay que decirlo, lo segundo gana a lo primero, pero siempre es de recibo que este tipo de historias se nos presenten de esta manera. La película nos cuenta una historia de amistad, la de Philippe (François Cluzet) un millonario tetrapléjico parisino que reside en una suntuosa mansión y su nuevo cuidador, Driss (Omar Sy), un joven desempleado  de origen senegalés que accede al empleo sin  ninguna convicción para cobrar el paro. Lo que al principio fue un choque total entre dos mundos y caracteres antagónicos pronto se transforma en una relación no ya solo de interdependencia sino de complemento vital del uno con el otro además de propiciar en ambos el descubrimiento mutuo de dos formas de vida y de entenderla que les servirán para afrontar sus respectivos problemas y circunstancias. La ausencia de moralina barata es una buena noticia ya que por ese motivo la película no naufraga en lo blando ni en lo banal, pero por otra parte algunos momentos dejan algo se sensación de deja vu de otras películas (¿Mi pie izquierdo? ¿Paseando a Miss Daisy?) y no siempre el equilibrio entre la comedia y el drama se conjuga a la perfección, lo que resta enteros al filme. En cuanto a las interpretaciones, François Cluzet da un auténtico recital como un culto y refinado discapacitado viudo cuya opulenta posición económica no le es útil para mitigar ni su soledad ni su infelicidad al estar atrapado en su propio cuerpo y solo la llegada de Driss le permitirá abrir su propio mundo: un papel muy dificil y seguramente bastante complicado de preparar que el actor francés borda con solvencia. Y tampoco esta nada mal Omar Sy, tal vez un poco histriónico pero otorgando credibilidad a un papel con muchos matices. Es muy posible que desde EEUU se les ocurra hacer un remake, igual con Robert de Niro y Chris Rock como protagonistas, pero antes de que esto ocurra habrá que disfrutar de una película agradable, inteligente y divertida que pone de manifiesto un vez más el buen momento que atraviesa el cine francés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario