miércoles, marzo 21, 2007

El aparatito de lumiere - INLAND EMPIRE


David Lynch ha vuelto, y lo ha hecho muy, muy a lo bestia y con total libertad, lanzándose a la piscina directamente sin importarle nada. Tras la no muy lynchiana The Straight Story (Una historia verdadera) y la alucinante y mas propia Mullholland Drive, el creador de Terciopelo Azul y la serie de televisión Twin peaks, que tiene que buscarse la financiación en Europa (en Francia y Polonia en este caso) debido a su mala relación actual con al industria de Hollywood, ofrece una película en donde los habituales ingredientes de su cine (sueños, realidades paralelas, surrealismo perverso, escenografía siniestramente manierista, montajes imposibles, atmósferas lisérgicas, efectos sonoros inquietantes y así hasta completar una lista de interminables ítems) aparece elevado a la máxima potencia, en una película que ha sido estrenada de tapadillo en EEUU en escasísimas salas y que en España, incomprensiblemente si nos atenemos a los criterios de distribución de este tipo de trabajos casi ninguneados en su país de origen, esta gozando de una exhibición prácticamente normalizada. El caso es que Inland Empire es hasta el momento la película mas extraña de David Lynch, un filme de muy difícil digestión- en la sala donde lo ví contabilizé hasta cuatro personas que se marcharon antes del final- con el que hay que devanarse los sesos continuamente para al final entender poco y quedarse con bastantes dudas, aunque mas o menos la temática y el mensaje central se puedan extraer, aunque con mucho esfuerzo, a decir verdad.

Resulta muy difícil hablar de la historia de una película tan desconcertante como Inland Empire, todo un compendio de las virtudes y los defectos de Lynch, quien en este trabajo da total rienda suelta a su desbordante universo mental, firmando una película conseguida en no pocos momentos pero a veces muy pedante y tramposa hasta el absurdo. Es decir, lo mejor y lo peor de Lynch. El filme es la filmación literal de una serie de ensoñaciones, al parecer sufridas por al hipnosis, que sufre una mujer (aunque no me ha quedado claro si es mas de una) en un viaje mental interior para tratar de huir de una realidad topándose con otras inoculadas por algo o por alguien en al mente de la persona en cuestión. Dos marcos geográficos, Polonia y un Hollywood que muestra su cara más glamourosa y su cara más oscura, sujetan una endiabladamente enrevesada historia en donde sus protagonistas de desdoblan en varias personalidades que parecen luchar por salir de un sueño sin conseguirlo. Con Laura Dern, habitual del cine de Lynch, como sujeto central de la historia, la peli parece también una crítica al mundo del espectáculo y negocio cinematográfico a través de Nikki, esa actriz que interpreta Dern residente en una barroca e inquietantemente anticuada mansión de Beverly Hills que tras conseguir el papel de su vida descubre que su vida es una inquietante irrealidad que parece estar siendo filmada como otra película. Personajes inquietantes portadores de mensajes, giros de guión desconcertantes, números musicales en el momento mas inesperado, imágenes turbadoras, diálogos crípticos, pistas falsas para desconcertar ale spectador y un número inenarrable de elementos mas la mayoría de los cuales no guardan conexión entre si conforman los materiales genuinamente lynchianos de este desconcertante pero a la vez fascinante filme con un tono de pesadilla absoluta en muchos momentos (atención a las escenas protagonizadas por los conejos humanos), con una fotografía de vídeo digital (tratado posteriormente) alucinante y unos sonidos (más que música ) ambientales que contribuyen a formar una atmósfera hipnótica y desasosegante como pocas veces se ha conseguido en el cine. Jeremy Irons, Harry Dean Stanton y Julia Ormond son otras caras conocidas que aparecen en el filme. La pregunta del millón es que hará un Lynch superado a si mismo en cuanto a su universo después de esto.

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