miércoles, septiembre 11, 2013

EL GOLPE DE ESTADO DE CHILE: DIARIO DE UNA TRAGEDIA




 El 11 de septiembre de 1973 es una fecha negra en la historia de la humanidad. Fue el día enque los militares llevaron a cabo un violento golpe de estado en Chile que terminó con el gobierno del presidente socialista Salvador Allende (y con su vida) y que llevó al poder a una junta militar encabezada por el general Augusto Pinochet, que gobernó el país de forma dictatorial mediante represión con miles de víctimas mortales y desapariciones en aquellos que eran considerados disidentes y enemigos del régimen. Se cumplen 40 años del triunfo de una siniestra conspiración que acabó con un gobierno democrático legitimadamente elegido y que arrasó a su paso y ya solo en sus primeros momentos todo derecho humano y cualquier conato de racionalidad en una orgía de barbarie y destrucción. Con EEUU y la CIA como colaboradores, el golpe de estado de Chile de 1973 ha pasado a la historia como uno de  los momentos más dolorosos de la historia contemporánea, ejemplarizando que es lo que ocurre cuando el fanatismo, la intolerancia y la manipulación campan a sus anchas y a gran escala en la sociedad. 40 años después resulta casi obligado realizar un somero repaso de aquellos días infaustos en la historia de Chile y que llevaron a una dictadura cruel de más de 15 años en donde el respeto por la vida y los derechos fundamentales no existió. Que no ocurra nunca más   


 La llegada al poder de Salvador Allende


4 de Septiembre 1970:

Se celebran las elecciones presidenciales en Chile. Pugnan por el sillón de la presidencia Radomiro Tomic (Partido Demócrata Cristiano, centro-derecha, hasta el momento de las elecciones ostentador del poder en la persona de Eduardo Frei), Jorge Alessandri (Partido Nacional, derecha) y Salvador Allende (coalición Unión Popular, izquierda). Unión Popular, coalición formada por prácticamente todos los partidos de izquierda chilenos entre ellos el Partido Socialista de Chile (el partido de Allende) y el Partido Comunista, consigue el mayor porcentaje de sufragios (36,6%) pero al no obtener mayoría absoluta el Congreso Nacional debe de votar al presidente entre los tres candidatos. Allende, marxista convencido, presentaba un programa más comunista que socialista que entre otros aspectos pretendía nacionalizar la industria mineral y redistribuir las tierras.     

EEUU, en plena guerra fría, teme que si Allende es elegido presidente Chile se convierta en un país comunista. La CIA y el ejército empiezan a movilizarse en secreto.

9 de septiembre 1970:

Salvador Allende
Con la renuncia de Alessandri, todo indica que Salvador Allende Gossens (1908-1973) será elegido por mayoría absoluta del Congreso presidente de Chile, siendo la primera vez que un socialista de corte marxista va a conseguir llegar al poder en Latinoamérica de forma democrática (en uno de los países latinoamericanos con mayor cultura democrática). Muchos chilenos conservadores temen la instauración de un régimen marxista al tiempo que EEUU con Richard Nixon en la presidencia tratan de impedir la elección de Allende como presidente intentando comprar al Congreso chileno, financiando protestas y tratando de  que se celebrasen unas nuevas elecciones en las que Allende no sería candidato. Pese al fracaso de esa primera tentativa, EEUU mediante la CIA seguirá hostigando y conspirando contra el gobierno de Allende.

Septiembre 1970:

La CIA comienza su segundo plan para derrocar al ya oficiosamente elegido Salvador Allende mediante propaganda dirigida al pueblo chilenos sobre las “maldades” del nuevo gobierno izquierdista y tratando de crear un clima irrespirable de crisis que envalentone al ejército de Chile (como todos los ejércitos de finales del siglo XX en Latinoamérica, esta tenía gran poder) y ponga en contra de Allende. Se financia a los oponentes políticos de Allende y se funda el diario conservador El Mercurio que se convierte en el azote del gobierno, al tiempo que la ITT se convierte en propietaria de la mayor parte de las acciones de las principales compañías chilenas de telecomunicaciones. Así mismo, EEUU retira la ayuda militar a Chile “hasta que el ejército chileno se levante contra Allende y active un golpe de estado”


Intervención secreta de EEUU, oposición a Allende y primeras conspiraciones golpistas


16 -25 octubre 1970:

René Schneider
La CIA organiza dos grupos de militares anti Allende encabezados respectivamente por el General Viaux (retirado) y el General Valenzuela con el fin de asesinar al general contrario a la intervención militar René Schneider. Con la ayuda del grupo de extrema derecha Patria y Libertad se lleva a cabo un secuestro frustrado el 16 de octubre y un primer atentado fallido el día 19. El 22 de octubre Viaux y sus hombres la emprende a tiros a Schneider en un nuevo intento de secuestro, falleciendo tres días mas tarde. Viaux y Valenzuela son juzgados por intento de secuestro, asesinato e intento de golpe de estado. No pudo ser probado que recibiesen ayuda de la CIA como el tribunal sospechaba. El General Carlos Prats, también leal a Allende,  sucede a Schneider como general comandante en jefe

24 octubre 1970

Salvador Allende es elegido presidente de Chile tras votación en el Congreso Nacional.

3 noviembre 1970

Allende asume la presidencia y firma el Estatuto de Garantías Constitucionales mediante el cual se compromete a cumplir y respetar la constitución.  Gracias a esta firma se gana el apoyo del Partido Demócrata Cristiano. 

1971-1972:

Las políticas económicas del gobierno Allende provocan un importante aumento de la inflación así como aparece un  considerable mercado negro contra el cual Allende combate. La situación económica de esos años genera un enorme malestar.

Por otra parte, EEUU trata por todos los medios de acogotar la economía chilena retirando la ayuda económica y congelando créditos y prestamos con la ayuda del Banco Mundial. Agentes de la CIA se encuentran secretamente en Chile para crear una fuerte oposición contra Allende.

Agosto 1972:

La Armada de Chile, ante el clima político, económico y social y de nuevo instigada por la CIA, planea un golpe de estado, que es secundada por el ejército de tierra y el de Aire; pese a todo hay aún militares contrarios al derrocamiento militar de Salvador Allende como los generales Cesar Ruiz y Carlos Prats, que de un modo u otro se irán retirando de la primera plana del ejército en los meses sucesivos. Los economistas democratacristianos trazan un plan económico aplicable al futuro golpe.

Octubre 1972:

Primera huelga de 24 horas por la mala situación económica del país, apoyada por pequeños empresarios, varios sindicatos y grupos estudiantiles. En un clima de crisis se nombra al General Prats, conservador pero leal a Allende, ministro de interior.

Marzo 1973:

Unidad Popular recibe el 43% de los votos en las elecciones parlamentarias, lo que demuestra que pese a todo, la mayor parte del pueblo chileno esta con Allende. El Partido Demócrata Cristiano deja de apoyar a Allende y junto con el Partido Nacional forma la Confederación Democrática (CODE), bastión de la oposición contra el presidente. La CIA comienza a financiar a la CODE y a otros grupos de oposición para forzar el derrocamiento de Salvador Allende. La sombra amenazante de un golpe de estado pende sobre la opinión pública. 

Manifestación popular en favor del gobierno de Allende

Crisis político social y preparación del golpe


Mayo-junio 1973:

Explosión de violencia en las calles: grupos pro Allende de extrema izquierda (MIR, Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y de extrema derecha contrarios al presidente socialista (Patria y Libertad, con el apoyo de la CIA) se enzarzan en una serie de luchas callejeras que provocan una enorme fractura social en Chile entre partidarios y detractores de Allende además de producir víctimas mortales. Estos grupos comienzan a recurrir al terrorismo con atentados, asaltos y asesinatos en medio de un clima social que cada vez se va haciendo más irrespirable. La Armada, aún con disidencias en su seno e intentos de pararlo, sigue planeando un futuro golpe de estado.

26 mayo 1973:

El Tribunal Supremo acusa al gobierno de Salvador Allende de incumplimiento de la legalidad de la nación al impedir que la policía ejecute resoluciones judiciales contrarias a las medidas del gobierno.

29 junio 1973:

Primer intento de serio de golpe de Estado conocido como El Tanquetazo: el Teniente Coronel Roberto Souper se dirige con una columna de tanques y soldados hasta el palacio presidencial de La Moneda. A las 9 de la mañana comienzan a disparar dentro del edificio dejando 16 personas heridas y una muerta. A las 9.30 el presidente hace un llamamiento al pueblo para defender la constitución, especialmente a los trabajadores. El General Prats se hace cargo de la operación para detener la intentona golpista con ayuda de buena parte de los efectivos militares chilenos disponibles y el apoyo de los altos cargos militares lealistas. Tras una arriesgada y aparatosa operación con profusión de tiroteos, los golpistas se rinden sobre las 11.30.    

27 julio 1973:

Patria y Libertad asesina del edecán naval de Allende Arturo Araya. Los autores quedan libres.

Agosto 1973:

Nuevos desencuentros del Tribunal Supremo de Chile con el gobierno, esta vez en relación con la ley de la tierra. El 9 de agosto, Prats es nombrado ministro de defensa con el fin de asegurarse el gobierno el apoyo de las altas instancias militares ante la sospecha que el ejército cada vez esta menos con Allende y ante la eventualidad de un nuevo golpe de estado. La opinión pública cada vez está más dividida en contra o a favor de Allende. Los carabineros (policía chilena) lanzan gas contra de 100.000 mujeres que se  manifestaban por la subida de los precios de los alimentos. La crisis de gobierno es total. 

22 de agosto 1973:

En medio de un clima enrarecido, la cámara de los diputados (con mayoría de la oposición, democristiana y del Partido Nacional) aprueba un texto acusando al gobierno de Allende de quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República y exhortando al ejército a garantizar el cumplimiento constitucional. Se acusa al gobierno de intentar implantar un gobierno totalitario, de violar la constitución, de no separar los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y de crear grupos armados protegidos por el gobierno además de usar a la policía y el ejército para sus propios fines partidistas. Otras acusaciones hablaban sobre un modus operandi propio de un régimen totalitario (gobierno por decreto, represión brutal de manifestaciones, control de los medios de comunicación)

24 agosto 1973:

Allende con Pinochet (¿le era leal?)
El presidente Allende responde a la resolución de la cámara: según él, esta destinada a dañar el prestigio del país y crear confusión interna, además de envalentonar las intenciones de ciertos sectores, especialmente el ejército, quien no se podía levantar contra un gobierno elegido democráticamente. Allende aseguró que su gobierno cumplía el orden constitucional y acusó a ciertos sectores de promover un golpe de estado y al Congreso de paralizar e intentar destruir el Estado.

Prats dimite como ministro de defensa y comandante en jefe del ejército como consecuencia de violentas manifestaciones contra su persona y especialmente por el incidente de Alejandrina Cox, en el que Prats disparó desde su coche a una mujer que lo increpaba desde el suyo. El General Augusto Pinochet (1915-2006) se convierte en el nuevo comandante en jefe.



El día decisivo (y maldito)


7-10 septiembre 1973:

Tras la caída de Prats y sus colaboradores (último bastión de defensa a Allende desde el ejército), la mayor parte de la plana militar chilena cree que es el momento de llevar a cabo el golpe de estado. El día 7 de septiembre se fija el día 11 como el día D. La Armada de Estados Unidos presta su apoyo a un golpe gestado principalmente desde el estamento naval aportando buques para la toma vía marítima de las principales ciudades chilenas.

11 septiembre 1973:

A las siete de la mañana, Valparaíso, la tercera ciudad más poblada de Chile, es tomada por la Marina: se cierran emisoras de radio y televisión y las tropas se colocan estratégicamente. Informado sobre esto, el presidente Allende acude al palacio de La Moneda junto con su cuerpo de guardaespaldas, pero hacia las ocho de la mañana el ejército ya se encuentra en Santiago de Chile clausurando y bombardeando emisoras.

Allende, creyendo que la mayor parte del ejército aún le es leal, trata de contactar sin éxito con el responsable de la Marina, el Almirante Montero, militar leal al presidente al que los golpistas le habían cortado la comunicación (el hombre que ahora estaba al mando de la armada que había tomado Valparaíso era José Toribio Merino). También trata de contactar con el General Pinochet (tierra) y con el General Leigh (aire), sin saber que ambos estaban involucrados en el golpe junto con el director general de la Policía Nacional César Mendoza.      


El ejército controla ya todo Santiago y arresta al ministro de defensa Orlando Letelier cuando este se dirigía al ministerio. A La Moneda han llegado altos cargos de la policía a requerimiento de Allende.

A las 8.30 las fuerzas armadas declaran que todo Chile está bajo su control y que Salvador Allende ha sido depuesto. Allende se da cuenta entonces de que prácticamente todo el ejército le ha traicionado y que todo esta perdido, aunque se niega a dimitir. El ejército amenaza con bombardear La Moneda si el presidente no entrega su cargo a una nueva junta de gobierno formada por los cuatro cabecillas del golpe. Allende rechaza huir a San Joaquín, al sur de Chile, para organizar un contragolpe tal y como le propone el Partido Socialista y se niega a dimitir tras entrevistarse con los líderes golpistas.

El presidente, en una situación desesperada
Tras el fracaso de las “negociaciones” los militares golpistas recurren a la fuerza: el General Pinochet manda una línea de infantería contra La Moneda pero la guardia personal del presidente, los GAP (Grupo de Amigos Personales) los reciben con tiros desde el tejado del palacio presidencial. Mientras tanto, Allende ofrece su famoso y emotivo discurso de despedida emitido radiofónicamente en Radio Magallanes a las 10.15  en donde deja clara su negativa a dejar la presidencia ante un golpe de estado y ser usado por los traidores a la patria. Helicópteros armados irrumpen como refuerzos abriendo fuego desde el cielo y bombardeando el palacio. Hacia las 2.30 los ocupantes de La Moneda se rinden y Allende, tras oponer una última resistencia, según la nota oficial, se quita la vida con un AK 47 que le regaló Fidel Castro. Esta versión, silenciada por colaboradores de Allende que fueron testigos de aquella para no manchar el honor del presidente (que se comportó en general con gran valor) no fue creída durante largo tiempo por la oposición al régimen de Pinochet, pero recientemente se ha sabido que es cierta.      

El golpe se saldó con cerca de 60 personas muertas, pero los combates siguieron en el día siguientes con la participación del MIR y acrecentaron la cifra. Al parecer 46 de las víctimas mortales en los enfrentamientos eran pertenecientes a los GAP. Entre las víctimas civiles, además de  Allende, falleció el periodista Augusto Olivares, mientras que los miembros de la oficina del presidente Antonio Aguirre y Osvaldo Ramos, que habían sido heridos, fueron secuestrados del hospital en el que se encontraban y hechos desaparecer. Unos 34 militares golpistas fallecieron en el combate del día 11, pero cerca de 15 murieron los días siguientes. Las cifras de muertos y heridos fueron (y siguen siendo) un baile constante debido a las informaciones y contrainformaciones dadas durante esas fechas y a lo largo del tiempo.

El Palacio de La Moneda bombardeado

 13 septiembre 1973:

Dos días después del triunfo del golpe de estado, se establece una Junta Militar formada por el general Augusto Pinochet, el general Gustavo Leigh, el almirante José Toribio Merino y el director general de la Policia Nacional (carabineros) César Mendoza. Se procede a la disolución del Congreso, se suspende la constitución, se impone la censura previa y se declaran ilegales los partidos de la coalición Unidad Popular. Se termina suspendiendo además toda actividad política exterior al nuevo gobierno instaurando de ese modo una dictadura militar en la que la democracia queda suprimida.

Los cuatro ejecutores del golpe se rotarán en la jefatura de la Junta aunque Pinochet, que fue el que primero la asumió, terminará siendo el jefe permanente de la Junta a partir de 1974.



Comienza la dictadura


Septiembre-octubre 1973:

La Junta Militar se venga del izquierdismo de cualquier signo y de los partidarios de Salvador Allende, no importándoles que sean población civil, indefensa, mujeres o personas ancianas y sin ningún delito salvo votar o ser simpatizantes de Unidad Popular, militar en sindicatos o asociaciones profesionales, organizaciones reivindicativas o de estudiantes o haber participado en actividades “sospechosas” a ojos del nuevo régimen. Y si solo existía la sospecha, no importaba: durante los primeros meses de gobierno de la Junta, el gobierno detuvo y encarceló en el Estadio Nacional de Chile en Santiago a 40.000 personas, varios cientos de ellos a los que torturó, mató o hizo desaparecer, entre ellos los periodistas norteamericanos Charles Horman y Frank Teruggi, cuyos casos dieron la vuelta al mundo. El mismo día 11 se tenía orden de arrestar a cualquier persona (mujeres y niños incluidos) que se encontrase en las calles.     

Estadio Nacional: el teatro del horror
Se estima que en total cerca de 50.000 personas fueron arrestadas tan solo en los meses siguientes al golpe, y muchas de ellas torturadas y asesinadas: En los años 90  se confirmó que en esta fecha unos 3.000 ciudadanos fueron asesinados, muchos de ellos mediante tortura. Además, la Caravana de la Muerte, un escuadrón especial del ejército, se encargó de buscar y asesinar a unas 70 personas, entre ellas el conocido cantautor Víctor Jara. El terror ha comenzado


Y lo que vino después


Pinochet fue proclamado Presidente de Chile en diciembre de 1974 y permaneció en el poder hasta marzo de 1990, tras un tímido proceso de apertura a la democracia (legalización de partidos en 1987) fruto de la creciente oposición.  

En el periodo 1973-1976 el régimen de Pinochet arrestó a 130.000 personas, “haciendo desaparecer” a muchas de ellas. En los años siguientes, pese a que el número de muertos y detenidos por el régimen disminuiría la represión y la persecución no cejó hasta el regreso pleno de la democracia en 1990. Se estima al menos 3.197 personas fueron asesinadas durante el régimen de Pinochet y unas 29.000 fueron torturadas. Crímenes políticos, Caravanas de la Muerte, detenciones masivas, conculcaciones de derechos humanos, torturas, producción y tráfico de drogas y todo bajo un clima totalitario, fue el legado de los 17 años de dictadura del General Pinochet. 200.000 personas fueron obligadas a exiliarse.

A partir de los 80, varios movimientos opositores (tanto izquierdistas como conservadores) comenzaron a revelarse tímidamente contra la dictadura del general y cada vez más Pinochet iba perdiendo la calle. El 5 de octubre de 1988, un referéndum mediante el cual debía elegirse si Pinochet permanecía en la presidencia otros ocho años (voto “si”) o si por el contrarío deberían celebrarse elecciones libres (voto “no”) fue la tumba del sanguinario dictador con la victoria del no. Tras la victoria en las elecciones del democristiano Patricio Aylwin y la salida de Pinochet de la presidencia el 22 de marzo de 1990, este permaneció como general y comandante en jefe del ejército hasta 1998. Nunca fue juzgado por sus crímenes pese numerosos intentos y la condena de la comunidad internacional, incluyendo un arresto domiciliario en el Reino Unido de 1998 a 2000 que nunca terminó en juicio. Falleció el 10 de diciembre de 2006, totalmente impune.   

La historia ha juzgado al golpe de Augusto Pinochet como uno de los más cruentos y abominables episodios de la historia contemporánea teniendo en cuenta además los años de barbarie e injusticia que a continuación se instauraron en Chile. 40 años después, no conviene olvidar estos hechos que sin duda ilustraron hasta que punto el fanatismo y la intolerancia puede destruir cualquier atisbo de cordura. Un pasaje incierto de la historia de Chile que terminó abruptamente por medio de la más salvaje fuerza ha servido al menos para aleccionar a las generaciones siguientes en el respeto y la tolerancia con la esperanza de que jamás en ninguna parte deba repetirse esta triste crónica, aunque este deseo sea tan solo una utopía.   

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