domingo, febrero 09, 2020

ARA MALIKIAN, UNA VIDA ENTRE LAS CUERDAS


 
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El Goya 2019 a la mejor película documental es la increíble historia de un hombre, un artista que sorteó mil obstáculos para llegar a ser alguien grande en su campo y que tras años y años de trabajo, de estar en segundos y terceros planos y de luchar contra las convenciones de la industria musical y contra prejuicios de todo tipo ha logrado ser una inesperada estrella pese a lo a priori minoritario de la música clásica. Ara Malikian (Beirut, 1968) violinista libanés de origen armenio ha encontrado en España desde mediados de los 90 la estabilidad artística y personal después de una azarosa historia que le llevó del Líbano a Alemania cuando apenas era un adolescente y de allí o otros lugares de Europa para instalarse definitivamente en Madrid donde de concertino de la Orquesta Sinfónica de Madrid- y tras haber ganado antes numerosos concursos de violín internacionales- pasó a ser en los 2000 una superestrella virtuosa del violín mezclando el clasicismo, el folk y el pop rock y todo ello con una enérgica puesta en escena. Nata Moreno, actriz y esposa de Malikian debuta en el largometraje con este documental sobre al vida de su marido, preparada y rodada durante seis años y con la ayuda de una cantidad ingente de material audiovisual aportado por el propio Ara y su familia, recopilado durante varios año y el resultado ha sido una película potente y conmovedora que sin ser necesariamente una crónica detallada y sucinta y ni de tener ínfulas de documental de autor cumple con más que solvencia su función: la de mostrar una historia de superación personal en done el amor al arte de la música y la lucha por unos ideales resultaron clave para romper barreras de todo tipo.


Moreno se esfuerza por mostrar el lado más humano de su marido a través de su sorprendente peripecia vital que empieza en un país de oriente medio eternamente en guerra y perteneciendo a una minoría étnica dentro de dicho estado cuyas penurias a través de la historia han sido numerosas. Las entrevistas con Ara Malikian, en las que desgrana sus recuerdos, ocupan vertebran el metraje pero todo el devenir de la película no se hubiese podio completar sin el testimonio de otras personas allegadas ni las imágenes de la vida del músico las cuales ilustran  austera pero certeramente todo lo que se nos está contando incluyendo todos los mensajes y enseñanzas sacadas de dichos acontecimientos. Porque este es un documental en que la imagen, la palabra y la música van íntimamente unidos y el resultado final no ha podido ser más inmejorable. Una prueba de que el cine puede cumplir una función de cronista de la realidad de una manera más perfecta que cualquier otro medio.  


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