sábado, abril 21, 2012

Mis 50 discos que te cagas (48): THE SMASHING PUMPKINS – SIAMESE DREAM (1993)



La cultura pop y juvenil de la primera mitad de los 90 estuvo marcada por la irrupción de la llamada Generación X, el cine independiente de Tarantino, el desaliño estético de muchos mozos y mozas y los sonidos sucios, retumbantes y distorsionados reciclados del hard rock y del neo punk de la enorme multitud de bandas independientes y alternativas surgidas en EEUU aquellos años y que encandilaron y marcaron a toda una generación. Pero más allá de la significación de la marca de fábrica del Grunge americano de bandas de Seattle como Pearl Jam, Soundgarden o Nirvana, lo que supuso una verdadera y genuina renovación del rock fue la irrupción de gente con miras musicales más elevadas y menos monocordes como Smashing Pumpkins, con el ambicioso y un tanto pedante cantante y guitarrista Billy Corgan a la cabeza. Y su segundo LP, Siamese Dream retrata a la banda de Chicago en su mejor y más glorioso momento: una oportuna colección de temas que navegaban sabiamente por diferentes géneros musicales, la mayoría relativamente recién nacidos (Noise, Dream Pop, Grunge, Hard, Rock Progresivo renovado) y que resultaron enormemente influyentes en el desarrollo del Indie Rock americano a lo largo de toda la década de los 90. El grupo, con James Iha a la guitarra, D´Arcy al bajo y Jimmy Chamberlin a los tambores secundando a Corgan, se convirtió en una superbanda de la década y aumentó su prestigio con un LP fundamental para entender la evolución del rock de hace dos décadas, un disco apasionante y sublime que se cotiza ya como uno de los mejores de los últimos 20 años además de vender más de seis millones de copias en todo el mundo.     

Tras Gish (1991) todo el mundo tenía puestos los ojos en el prometedor cuarteto de Chicago, un combo que elevaba el grunge de Nirvana y el Noise Rock de Sonic Youth a niveles mucho más exigentes casi rayanos con el art rock. Convertido en algo más que en grupo de culto, Smashing Pumpkins acometió la grabación de su segundo álbum en un clima de tensión: Billy Corgan, obsesionado con mejorar su anterior trabajo, sufría stress y depresión que el llevó a varios bloqueos creativos durante la composición y grabación del disco siendo el compositor de casi todos los temas, Iha y D´Arcy ya no eran novios y Chamberlin comenzó a adiccionarse a la heroína. A trancas y barrancas terminaron el LP con Corgan – que incluso consideró el suicidio y estaba en tratamiento psiquiátrico-  trabajando obsesivamente a destajo y tocando el bajo y la guitarra en muchas partes que debían de ser interpretadas por James Iha y D´Arcy Wretzky. La grabación se concluyó más tarde que lo que la discográfica Virgin había estimado con un Corgan exhausto y un Chamberlin directo a rehabilitación. Pero el resultado final fue espectacular: temas como Disarm, Cherub Rock y sobre todo Today se han convertido en auténticos clásicos y ya son piezas inmortales. Escuchar el espectacular crescendo y cambio rítmico de Today, todo un himno del rock alternativo de los 90 con la genuina marca de la casa de sus guitarras distorsionadas ejecutando el inmortal riff noise que da paso a la voz peculiar y ululante de Corgan narrando en realidad los avatares de su época depresiva. El planteamiento pop de este tema enmarcado en otro tipo de contextos musicales (rock, grunge, punk o el etéreo pop de distorsión) se repite en otras canciones como Soma, un atrayente medio tiempo de regusto acústico y cierto halo progresivo -tendente al hard rock al final del tema-  que demostraba el eclecticismo de Corgan y sus muchachos incluso en una sola canción o Mayonaise, otro momento de noise pop ambiental virtuosista y filoprogresivo que casa el grunge con la airada distorsión del rock alternativo de la época. Francamente, los Pumkins demostraron el grupo estadounidense con más argumentos musicales del momento.          

Cherub Rock es otro de los temas preferidos por los fans del grupo, un efectivo tsunami sonoro de guitarras potentes y la siempre sugerente melodía vocal marca de la casa SP, realzada por un cautivador estribillo dispuesto a levantar estadios enteros. También fundamentalmente melódicos son los argumentos de otro de los mejores temas del álbum, Rocket, apasionante momento de grunge light en clave popera casi bailable pero sin renunciar al crudo muro guitarrero. El grupo se pone su careta más áspera en los casi 9 minutos de Silverfuck, momento de rock progresivo casi Metal que demuestra el enorme virtuosismo del grupo, especialmente de Corgan, que parece mirar con ojos noventeros a los viejos sonidos de King Crimson o Pink Floyd. El un tanto excesivo engolamiento melodramático de este tema puede resultar cansino y pedante, pero ese componente dramatizable (por otra parte, omnipresente en este disco y en casi toda la obra del grupo) también se encuentra de una manera más contenida y efectiva en la sobrecogedora Disarm, tal vez el mejor tema de Siamese Dream, un medio tiempo preciosista y apasionante envuelto en oportunos arreglos de cuerda y con un espeluznante, enigmático y memorable estribillo: el asesino que hay en mí es el asesino que hay en ti. Tampoco hay que olvidarse de temas como el rotundo hard rock alternativo de Geek USA, otro momento culmen del grupo en directo.       

Smashing Pumpkins ya estaban en al cresta de la ola con Siamese Dream y siguieron siendo grandes con su posterior Mellon Collie and the Infinite Sadness (1995), pero los varios problemas internos del grupo (incluida la breve marcha de Chamberlin a finales de los 90), el carácter despótico y arrogante de Corgan y el no menor divismo del resto impidieron que la banda pudiese dar todo lo que podía y tras Mellon Collie empezó a repetir tediosamente la jugada y tras la primera disolución de la banda en 2002 dio la sensación de que  Smashing Pumpkins debían de haber sido mucho más grandes. Reunidos en 2007 tras infructuosas aventuras de Corgan con el supergrupo Zwan y en solitario, hoy su existencia es una mera anécdota de discos mediocres con el frontman y líder como único miembro original de aquel grupo que fascinó a toda una generación. Siamese Dream, disco indispensable de extraña belleza, ilustra a la perfección aquel mundo de sonidos viscerales y tremebundos que hicieron de los de Chicago una banda ya legendaria.  


FICHA TÉCNICA

Géneros: Rock Alternativo, Indie Rock, Grunge, Noise Rock, Noise Pop, Dream Pop, Rock Neoprogresivo, Hard Rock, Nu Metal  
Publicación: julio 1993
Sello original: Virgin
Producción: Butch Vig y Billy Corgan
Duración: 62:17
Músicos:
Billy Corgan: voz,  guitarra principal, bajo, melotrón, arreglos de cuerda
James Iha: guitarra rítmica, coros
D’Àrcy Wretzky: bajo, coros
Jimmy Chamberlin: batería
Mike Mills: piano en Soma
Erec Remschneider: arreglos de cuerda y violonchelo
David Rangsdale: arreglos de cuerda y violín
Butch Vig : arreglos de cuerda

Track listing

1- Rocket
2- Quiet
3- Today
4- Hummer
5- Rocket
6- Disarm
7- Soma
8- Geek USA
9- Mayonaise
10- Spaceboy
11- Silverfuck
12- Sweet Sweet
13- Luna

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