lunes, junio 11, 2012

El Aparatito Lumiere LAS NIEVES DEL KLlMANJARO (LES NEIGES DU KLIMANDJARO)





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Una buena muestra de cómo se puede hacer un drama de corte social de una manera amable y con un tono optimista resultando además una excelente película. En el cine francés (en donde si no) son maestros en el arte de contar historias reales como la vida misma dejando al espectador siempre esa sensación de haber sido testigo de un relato con mucho que reflexionar, porque entre otras cosas está contado excepcionalmente. Esto es lo que le ocurre a Les Nieges du Klimandjaro, un filme basado libremente en un poema de Victor Hugo dirigo con clase por el veterano Robert  Guedigian que aporta una visión entre romántica, agridulce, terrible, crítica y desmitificadora de las penurias, contradicciones y miserias éticas y morales en estos tiempos de crisis económica. Con cierto tono épico pero con un sentido de la realidad a prueba de bombas y un mensaje de esperanza, Guedigian traza una historia de personas normales que no solo luchan por su supervivencia sino que se ven obligadas a luchar con uñas y dientes por algo tan básico como la justicia, la dignidad y la libertad en medio de un laberíntico juego de intereses, tramas, contradicciones en el que parecen perdidos y en donde la salida se presume harto complicada. Michel (Jean – Pierre Darroussin), el protagonista del filme, es el trabajador de un muelle marsellés  y delegado sindical que con casi sesenta años se ve en el paro tras llevar a cabo un sorteo  ideado por él para despedir a un número de trabajadores. Casado y con hijos ya también casados y varios nietos, piensa comenzar una nueva etapa en compañía de sus seres queridos al no quedarle mal despido, pero un atraco en su casa les priva a él y a su esposa Marie-Claire (Arianne Ascaride) de uno de sus sueños anhelados para su retiro laboral: un viaje a Tanzania. Un cúmulo de nuevas e inesperadas situaciones se sucederán para el matrimonio, todas ellas en un pequeño microcosmos formado alrededor de la crisis laboral y sus consecuencias, con reminiscencias que apuntan a las imperfecciones del propio sistema y a ciertas inconsistencias de la propia condición humana.

La verdad que esta es una película honesta y clara y concisa como ella sola, cuya principal virtud es la entrañable autenticidad que transmiten sus protagonistas: por un lado Michel, un hombre idealista e incomprendido hasta por su propia familia que prefiere en un primer momento la justicia propia por encima de todo (lo que le hace caer a veces en cierto egoísmo) y por otro lado Marie Claire, cuyo idealismo es más proclive a al búsqueda de la justicia universal. Ambos personajes terminarán convergiendo por su evolución personal en una historia cargada de emocionalidad  (contenida, eso si) y momentos límite contados con convicción y ternura fusionando magistralmente el drama social y la comedia de costumbres. Un buen sabor de boca es lo que deja al final Las Nieves del Klimanjaro en todos los aspectos, recordándonos que pese a todo el ser humano puede ser algo muy hermoso.               

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