martes, octubre 29, 2013

TERRORÍFICO VIAJE POR LOS MONUMENTOS MÁS HORROROSOS Y ABSURDOS DE LA GEOGRAFÍA ESPAÑOLA



La geografía ibérica esta repleta de monumentos por doquier algunos muy antiguos y otros relativamente nuevos. España siempre ha sido además un país que esto de las estatuas monumentales para glorificar a fulanito o menganito siempre ha gustado más que a un tonto una tiza. Calles, rotondas, plazas o parques en los últimos años han sido testigos de la instalación de supuestas esculturas o estatuas que no son más que abominables engendros denominados por algunos “obras de arte”. El listado de monumentos-bodrio en España (casi siempre dentro de las coordenadas del arte moderno) es interminable, pero con solo mostrar una muestra significativa y genuina como la que aquí presentamos, uno puede hacerse a la idea del horror que supone para la ciudadanía toparse (aunque solo sea una vez en la vida) con tales despropósitos “artísticos”. He aquí a juicio de rayosc los monumentos más horripilantes de España, aún habiéndonos dejado a muchos en lista de espera. 



Monumento a Cela. Padrón (A Coruña)
 


Comenzamos por riguroso orden geográfico de “lo primeros que miras en el mapa de la península ibérica” por tierras galegas. En Padrón se encuentra este monumento a su hijo (adoptivo) más ilustre, el escritor Camilo José Cela. Inaugurado en 2004 y situado en el Paseo del Espolón de dicha localidad coruñesa, el conjunto escultórico obra de Manuel Ferreiro Badía consta de un pedestal en cuya parte más alta se encuentra una estatua sedente de supuestamente de Don Camilo aunque bien podría tratarse del profesor Charles Xavier, de un microcéfalo de Todd Browning o de un muñeco de ventrílocuo, tal es el escaso parecido con Cela de esta efigie y el dudoso realismo de la representación.  Como se puede apreciar en la foto, las dos esferas de piedra delante del erguido pedestal provocan visto de frente el monumento un efecto visual que evoca inevitablemente a una de las más firmes obsesiones del literato Premio Nobel, con lo que se puede concluir que hasta cierto punto, el monumento le ha hecho justicia. Un claro ejemplo de lo que ocurre cuando a la representación artística deficiente de un personaje se le une un conjunto artístico sin nada de fuste: el esperpento total  


Paisaje Germinador. Gijón
 


Con claras influencias del cine de terror tipo La Cosa o Alien se erige esta escultura jodiendo un bello paisaje asturiano, concretamente en el parque del cabo de San Lorenzo en Gijón.  Esta escultura, obra de Miguel Angel Lombardía, según alguna guía “Se abre a cualquier lectura. Un ser de magma, un satélite espacial a punto de elevarse, un dinosaurio destartalado y herido, un cíclope que ve mar a través de su único ojo…”  Humilde aportación: un botijo mal hecho con tres patas. De todas formas, esta claro que a la gente esto de interpretar el arte se la suda y que esta escultura le parece una bazofia con el típico nombre rimbombante tratando de dar el pego de trascendencia. Puede que parezca que, efectivamente, es algo que germina del suelo, pero al menos podía ser algo más vistoso y no dar la sensación de que los hombres-excremento del espacio exterior ya están aquí y han venido para quedarse. Aunque el artista “permite acercarse” a la escultura de tres metros, cuanto mas de cerca se ve mas bizarra parece esta presumible sobra de bronce mal fundido.   


Monumento Cardenal Herrera Oria. Santander



En Santander, una ciudad en donde las estatuas abundan como setas y en donde te las puedes encontrar en los sitios mas insospechados (y además las hay de todo tipo), se encuentra este curioso adefesio que pasa por ser el monumento-estatua del Cardenal Ángel Herrera Oria (1886-1968). Inaugurado en 1999 junto a la iglesia de Santa Lucía, desde el primer momento suscitó las críticas por su lamentable apariencia estética. Lo cierto es que ante nosotros no vemos a ningún cardenal, obispo ni sacerdote sino a una apariencia semimonstruosa: un ser deforme de enorme cabezón, gigantescas manotas, indumentaria indefinida y total aspecto de ogro devorador que bien podía servir para cualquier tren fantasma de parque de atracciones. Se desaconseja visitar la estatua por la noche, ya que el susto puede ser de impresión. Siempre se piensa en cambiar la estatua por otra un poco menos horrenda (¡hasta sus propios autores se arrepintieron y se ofrecieron a hacer otra estatua!), pero el cardenal-ogro de momento sigue ahí, posiblemente ahuyentando a adeptos y haciendo disminuir la asistencia media a los oficios religiosos.


Hombre de Musgo. Béjar (Salamanca)
 


¿Quién dijo que un monumento no podía ser divertido? Un primer avistamiento Hombre de Musgo de Béjar provoca la risión sin límites y durante tiempo indefinido.  Ya pasado el descojono, cuesta trabajo creerse que esto sea un monumento y no el típico muñeco de cartón piedra para las fiestas del pueblo o un ninot de las Fallas. Lo cierto que esta estatua de acero policromado que recuerda a una versión gigante de figurita de juego de rol o estrategia (un orco, un troll, un gigante con cachiporra en ristre) tiene su origen en una leyenda histórica que devino en una tradición popular festejada en la localidad salamantina de Béjar. Según se cuenta, en el siglo XII unos lugareños acabaron con la dominación árabe en Béjar penetrando en la fortaleza desde el monte disfrazados de musgo. Basándose en esto se celebra allí anualmente la fiesta de los hombres de musgo, en la que el personal se disfraza con musgo. Y este monumento, instalado en 1987 obra de Ricardo Martín Vázquez, es todo un impagable hallazgo con su mezcla de naïfismo, arte popular, frikismo y esperpento. Seguro que muy apreciado por roleros o amantes de la fantasía épica y también un favorito entre el público infantil, este gigantesco muñeco de tres metros podría hacerle la competencia al mítico Gigante Verde de los guisantes americano que, cágate, también tiene su escultura colosal en USA. Pero nosotros nos quedamos con esta irrepetible versión charra del Capitán Cavernícola (al loro con el insecto de la cachiporra)   


Patata. Amorebieta (Bizkaia)



Ya el nombre popular (que no el oficial, ya que esta obra no lo tiene) no hace presagiar nada bueno. Y es que esta escultura abstracta de Andrés Nagel que desde hace varios años viene provocando las pesadillas de los conductores en la localidad vizcaina de Amorebieta- se encuentra en una rotonda urbana- lleva acumulando polémicas y polémicas además de suscitar el horror cuando es visionada. Este trípode con incierta forma ovoide, púas de erizo y  la inquietante protuberancia alargada que se erige hasta el cielo además de ser horrorosa no para dar preocupaciones y quebraderos de cabeza a las instancias municipales de Amorebieta, al poder judicial y a su autor, quien se opone firmemente al traslado de ubicación de su insigne obra, aunque el Tribunal Supremo haya dictaminado que este ente pueda ser trasladado cuando así lo crea conveniente el ayuntamiento y deje así de maldecir con su siniestra presencia el tránsito de los conductores. Ya se verá lo que pasa con al patata caliente.


Escombro. Botorrita (Zaragoza)


Otra mierda (y nunca mejor dicho) muestra de arte-tomadura de pelo con excusa de reciclaje y blablabla que por desgracia pueden ver muchos viandantes que pasan por la A 2101 dirección Fuentetodos, pueblo natal de Goya. Hecho como su nombre indica con escombros y residuos metálicos varios (una campana extractora, un deposito-bidón puertas metálicas y hierros varios) eso si convenientemente pintarrajeados con aerógrafo para ver si cuela. Dan ganas de llevar el conjunto escultórico a la chatarra directamente, pero al loro, ¡que esto es “land art”! (arte integrado en el paisaje aunque más bien lo desintegra con su extrema fealdad). Su autor, Miguel Angel Arrudi, y el año en que se osó instalar, 1995.


Caballo. Alcudia (Mallorca)
 


En tierras mallorquinas se encuentra esta escultura colosal de estilo inclasificable (podíamos decir naïf pero esto sería una afrenta para los artistas naïf) con reminiscencias papirofléxicas o de diseño en dos minutos de lo primero que a uno se le pase por la cabeza, en este caso un referente zoológico con connotaciones evidentemente fálicas. Esta cosa, situada en una rotonda- y que no hace demasiada justicia a una localidad bonita y monumental como Alcudia- representa un caballo con las patas delanteras imposiblemente levantadas para un bicho de su especie (diríase que se esta desperezando) y de tal guisa saluda (o se pitorrea) a los incautos conductores que tratan de acceder al puerto de Alcudia. Su autor, el italiano Aligi Sassu (1912-2000), fue mejor pintor que escultor y con este equino no se lució mucho desde luego.


Gurruño. Valencia



Valencia y alrededores han sido invadidos en los últimos años por un horrible ejército de monumentos de supuesto arte moderno. A esta categoría pertenece estos amasijos de hierro oxidado sitos en una rotonda (lugar preferente para instalar monumentos-engendros) valenciana. Poco he conseguido saber de esta chatarra, por lo que agradecería información adicional. Eso si, verla hace un daño colosal a la vista y al buen gusto.


Hombre del Rio. Córdoba



Otro genuino ejemplo de chorrez arística-conceptual en forma de “escultura flotante”, haciendo el canelo en las aguas del Guadalquivir a su paso por Córdoba. Esculpida en su mayor parte en poliéster y fibra de vidrio (para que flote) por Rafael Cornejo y Francisco Marcos representa a un hombre (o a un alien) flotando (o sentado) en el agua con sus piernas dobladas. La figura de más de 2,5 metros de ancho y casi 2 de alto tiene una parte no visible metálica que se encuentra bajo el agua y se encuentra anclada al fondo del Guadalquivir. Su cosa es ser una escultura “dinámica” que gire y se mueva por efecto de las corrientes y el viento. La actual es una segunda versión, ya que la primera, hecha de corcho blanco e inaugurada en 2006 no daba más que problemas al desprenderse de su anclaje a los diez días yéndose a tomar vientos hasta otro punto y después de suscitar una polémica por su supuesto efecto contaminante para el río. La figura actual de poliéster también ha dado guerra: a finales de 2007 una crecida del Guadalquivir rompió el anclaje y nuestro Hombre del Río se fue de nuevo a las chimbambas, quedándose varado y teniendo que ser sustraído por los bomberos. ¿Por qué cuanto más absurda es una escultura más problemas da?


Muñeco de nieve. Tenerife


La pregunta que todo el mundo se hace: ¿Qué pinta un muñeco de nieve en Tenerife? Tal vez sea una representación frustrada de algo que los canarios jamás podrán ver, pero tal ansia en modo alguno justificaría esta total atrocidad que se encuentra en Santa Cruz de Tenerife. A saber: un colosal hombre de nieve en tres partes (como un insecto maligno), sonrisa diabólica de protuberancias negras, cacerola en al cabeza y una especie de escoba en mano rige cual versión diabólica del Cristo Redentor de Corcovado, brazos abiertos incluidos, el tránsito en la rotonda de turno, sin duda alguna inquietando a conductores y paseantes ante una próxima muerte que esta criatura parece representar. Esta perturbadora mezcla de escultura inocente e infantil y presencia maligna fue realizada por el artista checo Jiri Deorg Dokoupil cuyo legado en España no debería hacerle sentir orgulloso precisamente. Ni las autoridades se preocupan en limpiar y mantener (en serio) al pretendidamente blanquísimo y cándido muñeco de nieve tal es la aversión que provoca.

1 comentario:

  1. en mi isla si hay nieve.. pero el muñeco de marras es horrible y lo tengo frente a casa

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