miércoles, junio 12, 2019

LA CENIZA ES EL BLANCO MAS PURO (JIANG NU ER NÚ)



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Jia Zhang Ke es uno de los directores más interesantes del cine chino en los últimos años con filmes como Un toque de violencia o Más allá de las montañas y en esta ocasión ha vuelto a dar en el clavo y mucho con un thriller-drama que refleja un aspecto bastante negativo de la nueva situación de opulencia de la República de China, uno de sus muchos reversos que convierten al país asiático en un coloso con los pies de barro, como es el de la consolidación del las mafias criminales. Por ello no se trata de un thriller más sino de una reflexión sobre como la cultura de la violencia y del enriquecimiento fraudulento está emponzoñando la existencia de muchas personas hasta convertirlas en inseguros títeres de un modo de vida más bien suicida y al límite de todo atisbo de humanidad. Tomando como punto de vista el de una mujer integrante y miembro más o menos destacado de una mafia local, Zhang Ke nos sumerge en una historia de caída e intento de subsiguiente de redención que no solo será complicado sino que pondrá de manifiesto que la actividad del crimen organizado en un contexto social contradictorio, endeble y en definitiva moralmente frágil es una manera de vivir de la que resulta casi imposible sustraerse sobre todo pata una mujer como la protagonista, Qiao, que trata desesperadamente de ser alguien en un país aún enormemente machista.            

De nuevo el director ha recurrido a su esposa y actriz fetiche, Tao Zhao, para el rol protagonista, haciendo una solvente actuación que muestra perfectamente el duro camino de una mujer que tras ser encarcelada siendo inocente para defender a su novio Bin (Liao Fan), el líder de la banda, emprenderá un tortuoso camino de alejamiento del mundo delictivo en donde sus sentimientos hacia Bin pesarán demasiado a sabiendas que ella misma sabía que no debía enamorarse de un hombre así. El elegir entre el bien y el mal, esto último personalizado en Bin, es lo que se le plantea a una mujer demasiado tiempo en el lado oscuro de la existencia para darse cuenta de lo que es ético y lo que no lo es. Al final, Qiao se quedará con lo que ella cree que mejor le puede ayudar con o sin Bin. Todo este dilema moral está muy bien presentado en una película que no es nada condescendiente con la realidad China actual aunque sea mostrando las contradicciones de todo un país mediante un aspecto concreto y rebuscado y echando mano de recursos cuasi alegóricos donde no falta algún detalle fantasioso y desconcertante.       

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