jueves, octubre 17, 2019

LA LUZ DE MI VIDA (LIGHT OF MY LIFE)




*** y 1/2

Pese a resultar un tanto extraño y a veces desconcertante por los vacíos de su guión, este filme de anticipación distópica en clave de drama puede convertirse en una pequeña obra de culto. Tomando como punto de partida el escenario de un futuro en donde las mujeres están en peligro de extinción y a partir de allí desarrollando una historia tan sencilla y sin grandes tramas como cruel en muchos de sus velados y sugeridos recovecos, el actor, guionista y director Casey Affleck -en su segunda aventura detrás de la cámara después de dirigir a su cuñado Joaquin Phoenix en al curiosa I´m Still Here (2010)- consigue una película intensa pero austera basada en los diálogos y en la interacción entre sus dos protagonistas, con el mensaje de la fuerza del amor paternofilial incluso en los contextos más extremos, kafkianos y rocambolescos y una cierta crítica a una sociedad egoísta y cada vez menos humana. Un cierto trasfondo feminista también late en el espíritu del filme, pero su desarrollo resulta a veces tan enigmático que no se sabe si no se ha querido o si tal vez no era muy importante para la historia desarrollar más este elemento. Con todo, esta es una película muy interesante que puede originar disparidad de opiniones pero que probablemente encandilará a muchos amantes del buen cine.        

Una historia postapocalíptica sin ningún efecto especial y sin tópicos de la ficción científica puede resultar una muy buena película si se basa principalmente en su elemento dramático y humano y eso es precisamente lo que hace Light of my Life. Casi 20 años después de que una misteriosa pandemia acabase con la vida de casi todas las mujeres del mundo solamente quedan unas cuentas mujeres en el planeta, como la pequeña apodada Rag (Anna Pniowsky) que viaja junto a su padre (Casey Affleck) por los bosques de una casi desierta Norteamérica huyendo desesperadamente de algo y pernoctando ambos en una tienda de campaña y en casas abandonadas. El padre de la niña de 11 le hace pasar por un chico tratando de ocultar su condición femenina a las escasas personas (todos hombres) con que se encuentran mientras ambos se agarran al instinto de supervivencia, su amor mutuo y el extraño recuerdo de la madre fallecida, una especie de espíritu que parece guiar a ambos. La relación entre progenitor e hija es la clave de una historia que contiene la crueldad hacia los niños de muchos cuentos de hadas y en donde el poder de imaginarse cosas, inventar historias y en definitiva encontrar esperanzas se presenta como al respuesta para huir del mal, representado por muchos personajes y por la corrupción que la violencia, la codicia y la dominación sexual supuestamente a ejercido en ellos (el extraño cuento que el padre cuenta a la hija, que Affleck ideó para hacer un filme de animación tiempo atrás, resulta alucinante). Un guión sencillo pero muy bien elaborado y el excelente trabajo de sus dos protagonistas  con el descubrimiento de  Anna Pniowsky  rematan las cualidades de una película que anuncia que el pequeño de los Affleck además de un estupendo actor puede llegar a ser un gran director.      

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