lunes, septiembre 14, 2020

ANTEBELLUM

 


****

El cine de denuncia racial en EEUU últimamente está tomando unas vías de expresión bastante curiosas y desde luego que originales a la par que su finalidad se cumple con creces. Dejando a un lado el realismo y el drama jóvenes directores afroamericanos apuestan por el cine de género a la hora de mostrar la injusta situación que la población negra en USA desgraciadamente aún sigue viviendo (en donde aunque parece mentira la discriminación continua) tal vez por que la utilización de estilos como el terror o el thriller por su comercialidad tienen mayores visos de llegar a un público más amplio, tal y como lo ha ejemplarizado Jordan Peele (Déjame Salir, Nosotros). Es precisamente el thriller con elementos  de terror psicológico el género al que se asoma el tandem formado por Gerard Bush y Cristopher Renz, realizadores afroamericanos provenientes de la publicidad y el videoclip que debutan brillantemente en el largo con este alucinante e inquietante relato de retorcida trama y mensaje sociopolítico velado pero claro, todo contado como un terrorífico cuento o fábula aunque carente de elementos fantásticos. No solo el elemento racial está presente sino también cierto componente de crítica socioeconómica e histórica y un mensaje de empoderamiento femenino en una fábula que viene a contar de manera extrema la resistencia salvaje de ciertos sectores al progreso de minorías y colectivos con un historial de discriminación a lo largo del tiempo. Y precisamente la historia de EEUU y su significación en el devenir de al sociedad nortemericana actual es el marco escenográfico en donde se desenvuelve el relato

Una mujer joven negra es la protagonista del filme, Veronica Henley (Janelle Monáe) una intelectual, socióloga, escritora y activista cuya obra crítica con la sociedad USA  (y global) y su trato a la población afroamericana y al género femenino la ha generado muchos seguidores y un indudable éxito profesional al tiempo que vive una feliz vida familar. Pero la película no comienza con ella, sino con una plantación esclavista en el sur de EEUU en la época de la Guerra de Secesión, en donde un batallón de militares confederados se ha hecho con el control de dicha plantación. Allí los esclavos negros son tratados sin consideración: torturados, las mujeres violadas, asesinados si intentan huir. Inquietantemente y en contra del rigor histórico parece que los sudistas están ganando la guerra. Una esclava a la que sus amos han puesto de nombre Eden tiene un plan para una huida de la plantación: ella es en realidad una mujer del siglo XXI y es que Verónica y Eden pueden ser la misma persona. Con bastante violencia y elementos de slasher y una atmósfera inquietante y turbadora en sus escenas en la plantación, el filme sabe jugar con ingeniosas (y paródicas) pistas falsas y sobre todo saca un enorme y brillante partido a los dos ambientes presentados, el de la plantación esclavista y el de la historia de Veronica Henley y su lucha intelectual. El nexo de unión, súbito y violento, es el hilo gordiano de la historia y de su mensaje. Aunque excesiva a veces la película ha resultado ser toda una grata sorpresa que anuncia a unos excelentes directores a los que habrá que seguir en el futuro.     

No hay comentarios:

Publicar un comentario