viernes, diciembre 09, 2022

HISTORIAS PARA NO CONTAR

 

** y 1/2

Cesc Gay retoma el cine de episodios que le dio tan buenos resultados en Una pistola en cada mano (2012) con cinco historias presentadas en forma de comedia dramática con la finalidad de mostrar lo ridículas que pueden ser las actitudes humanas ante sucesos embarazosos y el uso de las omisiones de acción, las mentiras y los silencios como vías de escape, en este filme siempre con una finalidad cómica y  desdramatizadota. El problema es que el resultado no consigue alcanzar las expectativas y la mayor parte de los cinco sketches se quedan a medio camino por culpa de guiones irregulares y una excesiva responsabilidad del reparto coral que aunque una vez más cumple y con creces -es que estamos con auténticos pesos pesados de la interpretación española actual- en bastantes ocasiones tiene que lidiar con personajes que podrían estar mejor desarrollados. No obstante Historias para no contar consigue su objetivo de comedia crítica con ciertos comportamientos muy extendidos en la ciudadanía española actual y con su tono antropológico satírico, todo desde un esforzado costumbrismo genuinamente ibérico con los consabidos resabios azconianos-berlanguianos.

Las relaciones amorosas, los problemas de pareja, los vaivenes en las relaciones de amistad, el guardar las apariencias, las mentiras y los engaños, el sentido del ridículo, o la hipocresía son temas que tocan los episodios de la película de manera hábil creando en ocasiones momentos hilarantes en su inteligencia cómica y no exentos de cierto poso amargo y mala uva, pero no siempre se mantiene un nivel muy aceptable. La primera nos presenta a una joven casada, Laura  (Anna Castillo) atraída por su vecino Alex (Chino Darín) en un momento en que la presencia de este sube a casa de la muchacha puede provocar un malentendido con su marido (Javier Rey); la segunda es una historia de amistad mal entendida y de la imprevisibilidad del amor en donde Luis (Alex Brendemühl),  un hombre prudente y apocado consigue una cita con una bella aspirante a actriz, Sandra (Eva Reyes) por mediación de una pareja de amigos (Antonio de la Torre y María León); el tercer segmento presenta a tres amigas actrices (Alexandra Jiménez, Maribel Verdú y Nora Navas) en un casting con un secreto que aparentemente comparten pero al mismo tiempo van ocultándose otros más comprometedores; el cuarto es la historia de un profesor y escritor sesentón (José Coronado) cuya  relación con una joven ex alumna (Alejandra Onieva) da un vuelco inesperado; y finalmente la quinta viñeta (la mejor) nos presenta a un matrimonio (Quim Gutiérrez y Verónica Echegui) en un silenciosa crisis de sospechas, pistas casi detectivescas y ocultaciones mutuas que lógicamente terminará estallando. En realidad solo el primer y el último capítulo mantienen un nivel alto mientras que el resto no consiguen ser parejos con aquello en cuanto a calidad. Eso si, Cesc Gay sigue demostrando ser un narrador fuera de serie y un superdotado director de actores. La pena es que en esta ocasión no ha estado tan entonado como otras veces.   

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