martes, marzo 29, 2011

El aparatito de Lumiere - NUNCA ME ABANDONES (NEVER LET ME GO)


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Una más que interesante película británica basada en una novela del escritor británico-japonés Kazuo Ishiguro -autor también de otra obra que conoció una excelente adaptación cinematográfica, Lo que queda del día- que demuestra como es posible hacer un buen melodrama con material un tanto inusual en estas lides- y bastante extraño de por sí-  cercano a la ciencia ficción. Y es que Nunca me abandones es una película tan sugerente y sensible como inquietante y descorazonadora, en donde no parece haber esperanza en el destino de unos protagonistas que no son más que el reflejo de las miserias morales de una sociedad entregada a los avances de la ciencia pero solo capaz de garantizar la felicidad de muy poca gente. La premisa inicial de la película es verdaderamente atroz: en apariencia solo se nos está mostrando un  típico internado británico para niños y niñas situado en alguna región rural inglesa a finales de los 70, pero pronto asistimos a algunos extraños (y a veces turbadores) detalles dentro de una inquietante calma cotidiana que nos indica que algo raro ocurre. Y efectivamente, pronto la historia muestra su verdadera naturaleza: un relato situado en tres décadas (años 70,80, 90) que presenta una realidad histórica alternativa en donde la ciencia en esos años se esta valiendo de niños que nunca pasarán de los ventitantos años y cuya existencia es meramente utilitarista, marcada desde el hecho de que el internado es la única realidad que han conocido. 

Pese a plantearse como una película de ciencia ficción distópica, Nunca me abandones es en realidad un drama de personajes de marcado fondo humanista. Centrado en tres personajes principales desde su infancia a su juventud, la sensible y escéptica Kathy (Carey Mulligan, el descubrimiento de An Education), el ingenuo e inseguro Tommy (Andrew Garfield) y la altiva y egocéntrica Ruth (Keira Knightley), la extraña relación entre ellos es lo que mueve la historia, vista con los ojos de Kathy. Una historia de total frustración y de a veces un tanto aterrador hermetismo al estar centrada en un mundo que trata de abstraerse y de mantenerse al margen del mundo real y en donde del que los protagonistas no pueden escapar. Los jóvenes intérpretes hacen un excelente trabajo al mostrar con todo tipo de matices su difícil desenvoltura en ese extraño universo (es especialmente mencionable la  interpretación de Mulligan) y por su parte el director el norteamericano Mark Romanek  (reputado realizador de videoclips desde Michael Jackson a David Bowie) se muestra en todo momento atinado mostrando todos los intríngulis del continuo trampantojo en el que viven los protagonistas y sus consecuencias y ofreciendo una cuidada puesta en escena en donde destaca una espectacular fotografía y una delicada atmósfera entre bucólica, irreal e inexplicablemente inquietante. Se pueden poner no obstante bastantes peros a esta película, como el de no explotar convenientemente situaciones interesantes (todo el tema relacionado con los sentimientos de los personajes y su evolución) o mostrar mayor concreción en la explicación del trasfondo de la historia, aunque el juego de silencios que presenta esta película se antoja más que interesante. Es curioso advertir que entre el público existe decepción (percibida por los comentarios que hacen) por el giro argumental de la película, presentado no obstante en sus compases iniciales. Pero no es para tanto, hay que hacerse a al idea de que se trata de un drama poco convencional y ya con eso uno está preparado para ver una película sugerente y que, por que no,  da que pensar.      

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