domingo, mayo 02, 2021

NADIE (NOBODY)

 

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Acostumbrados como estamos de ver violencia exacerbada en el cine puede que no resulte tan impactante el uso desmedido de este elemento en el filme que nos ocupa, pero la manera en la que está tratado y filmado (fuera incluso de coordenadas tarantinianas o de la gratuidad explicita de muchas películas actuales) consigue cuanto menos sorprendernos. Ya no se trata de efectismo sino el tratamiento de la violencia como elemento fundamental de la trama y del personaje de central y en ese sentido Nadie es un film que nos presenta a una persona cuya vida ha estado ligada a al asesinato y a la destrucción y que aunque en un momento dado haya decidido cambiar radicalmente su existencia, la persistencia del uso de la violencia como modus vivendi no consigue desaparecer ni mucho menos.

El director ruso forjado en el mundo del videoclip Ilya Naishuler debuta en Hollywood con una mezcla de thriller, drama psicológico y filme de acción que va evolucionando y cambiando de registros sorpresivamente conforma avanza la trama. El protagonista, Hutch Mansell (Bob Odenkirk, en un sorprendente registro), como el nombre del filme indica comienza la historia como un “nadie”, un hombre normal, padre de familia que trabaja en una modesta empresa de electricidad. No es sin embargo la persona que parece ya que cuenta con un pasado que al principio de la peli no se conoce pero que comenzará a aflorar tras un intento de atraco en su casa en el cual se niega a agredir para defenderse de los delincuentes. Aparentemente despreciado por su familia y por su círculo ante su falta de valentía, Hutch decide desquitarse tomando la justicia por su mano lo cual acarreará el resurgimiento de algo que llevaba dormido dentro de él y que tiene que ver con su pasado. La aparición de la violencia más extrema, filmada con profusión de planos de todo tipo y que ocupa un buen metraje sobre todo en la segunda parte del filme, no es para anda gratuita sino que nos muestra el verdadero carácter de su protagonista y su visión del mundo y de la vida y plasma también las miserias de una sociedad en donde el odio y la codicia llevan a la destrucción moral  y física del ser humano, esto representado por siniestras y sanguinarias mafias camufladas bajo aparentemente inofensivos ropajes.

Nadie combina muy bien el estudio psicológico de un personaje complejo con un juego de represión-ocultación incluido y una crítica a una sociedad en donde el crimen y la extorsión parecen necesarios para conseguir algo. No obstante, la historia - que muchas veces puede recordar a un western- no siempre consigue discurrir correctamente y muchos de sus trampantojos no funcionan, si bien es cierto que este es un filme que avanza bastante más que un thriller de acción al uso y su tono muchas veces lúgubre no resulta en absoluto incómodo, algo que no se puede decir muchas veces de su violencia explícita, que pese a todo no resulta tan indigerible. Con todo, es positivo constatar una vez más que el cine estadounidense se atreve con registros que a priori no son muy comerciales.

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